domingo, 23 de septiembre de 2012

¿Deja Vú?

River volvió a perder puntos en el "Monumental", quedó en zona de descenso directo y en la cabeza de los hinchas reapareció el miedo a los promedios.

Está vez le tocó a Racing amargarle la tarde al club de Nuñez. En un partido aburridísimo y muy mal jugado, tras una pelota parada en los pies de Diego Villar y una conexión de cabeza del defensor Matias Cahais los de Avellaneda se hicieron de los tres puntos y dejaron una gran cantidad de dudas en el millonario.

Luego de una semana agitada por las idas y vueltas por la posible salida de Almeyda, River tenía la chance de calmar un poco las aguas en la agradable tarde de domingo. El clásico era una buena excusa para comenzar a ganar en su cancha, algo que no conoce desde el partido con Banfield allá por la novena fecha del Clausura 2011.
 Ante un estadio completamente colmado y una expectativa enorme, los dirigidos por Almeyda volvieron a mostrar muchas falencias y en ningún momento del partido lograron tener el control del juego. La poca creatividad para armar las jugadas y el escaso juego en equipo fueron algunas de las claves del mal funcionamiento.  Los centros cayeron en exceso sobre el área rival, generalmente ejecutados por Rojas, pero ninguno de los delanteros estuvo fino para anotar. Además,  la lesión de Maidana a los 9 minutos del primer tiempo obligó al DT a modificar todo lo planeado: incluyó a Affranchino en su lugar y lo colocó como volante, mientras que lo hizo retroceder a Sánchez a la posición de lateral por la derecha. 
Preocupa la falta de gol de David Trezeguet, que tiene muy pocas oportunidades por partido, y el bajo rendimiento de Funes Mori y Aguirre entre otros. Para destacar, Leonardo Ponzio sigue siendo de lo mejorcito con actuaciones que no reflejan para nada la situación del resto del equipo.
Racing, sin ser mucho tampoco, se llevó la victoria gracias a una pelota parada de pizarrón que tuvo a Cahais como principal protagonista. Con este resultado, Luis Zubeldía tuvo un respiro tras varias fechas de no poder conseguir resultados favorables.
Quiérase o no, a Nuñez están volviendo los fantasmas y eso es muy grave para un club del tamaño de River. Almeyda deberá empezar a sumar de a tres y a encontrar una idea de juego a la brevedad ya que de no hacerlo, el exigente fútbol argentino lo hará terminar siendo el malo de la película. Por ahora tiene ganas y fuerzas para seguir, y cuenta con el apoyo del cuestionado presidente Daniel Passarella. ¿Aguantará mucho más?

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